martes, 21 de abril de 2015

Economía y pseudociencia

Que la economía es una "dimensión" muy importante de la sociedad, no tiene discusión posible. No obstante, cuando te pones a ver las declaraciones de los políticos, los comentarios de los tertulianos y las opiniones de muchos de la gente que te rodea, sobre economía, sufres una amarga decepción. Un libro que he leido y que me ha aportado una buena perspectiva para analizar asuntos económicos cotidianos es "Economía y Pseudociencia. Críticas a las falacias económicas imperantes" de José Luis Ferreira.



Este libro, tal como dice, su autor en su blog "Es un libro de divulgación de la investigación económica que hace hincapié en cuatro aspectos que no se suelen tener en cuenta en otros libros de divulgación. Uno es la manera en que cualquier discurso aparentemente coherente pasa a ser creído sin más crítica por parte de una parte de la sociedad por motivos seguramente ideológicos. En estos casos el libro indica la incoherencia o la falta de sustento de algunas de estas afirmaciones. El segundo aspecto se refiere a las tomas de decisiones de políticas económicas por los poderes públicos que no se basan en evidencias o que son directamente contrarias a ella. En tercer lugar muestra la metodología científica que hay detrás de la Economía académica y de la que carecen las ideas económicas que no tienen cabida en ella. Finalmente ofrece algunas aclaraciones sobre dónde está la ideología en la Economía".
Uno de los capítulos que más me gustaron fue el de "Los errores con nombres y apellidos" y por destacar uno de ellos, haré referencia al que el autor denominó, "El error Martínez Noval". Luis Martínez Noval, fue ministro de trabajo en los años 90 y en un artículo en el diario El País sobre el desempleo en esta actual crisis, decía:
"En la realidad nacional es por tanto sobradamente evidente que los costes de despido no determinan la tasa de desempleo, porque de otro modo no habría manera de explicar las dispares tasas de paro que ofrece la geografía nacional".
Jesús Fernández-Villaverde, sobre lo dicho por el ministro dice:
"...esta frase es una incoherencia lógica. No es que sea falsa, es que carece de sentido, lo cual es un fallo mucho más profundo".
Y explica esta afirmación, con el siguiente ejemplo:
"Imagínense que somos un hospital y nos llegan 17 paciente a los que les acaba de dar un ataque al corazón. A los 17 pacientes les damos el mismo tratamiento. 10 sobreviven y 7 se nos mueren. ¿Podemos concluir que como hay diferencias en el resultado del tratamiento - unos enfermos sobreviven y otros no - , entonces el tratamiento es inútil. No, obviamente no. A todos les hemos dado el mismo tratamiento y por ello no se sabe nada sobre el efecto del mismo. Por eso, cuando se hace un ensayo clínico, unos enfermos se asignan aleatoriamente a un tratamiento - grupo de tratamiento - y otros enfermos a otros - grupo de control - y se mide la diferencia entre los dos. Es la variación en el tratamiento que se les da a los enfermos la que nos permite aprender sobre los efectos del mismo".
Concluyendo, leer este libro te permite reflexionar y no dar por cierta las muchas afirmaciones que a veces hacemos alegremente, además es pequeñito y no tardarás mucho en leerlo.

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