miércoles, 10 de junio de 2015

La resolución de problemas y el sesgo de muestreo

El objetivo de la ingeniería es, sencillamente, resolver problemas y, en la mayoría de los casos, se empieza observando aquello que se quiere resolver.
En la Segunda Guerra Mundial, se encargó un estudio al matemático Abraham Wald, para determinar las partes a reforzar del fuselaje de los bombarderos para aumentar el índice de supervivencia de estos. Wald señaló (en negro) en un croquis las zonas donde se habían concentrado los disparos en los bombarderos que llegaban a los aeródromos aliados.

Fuente: www.nww2m.com/2012/11/scitech-tuesday-abraham-wald-seeing-the-unseen/

Naturalmente, los supervisores de Wald  vieron claro que las zonas a reforzar eran el morro, las alas y el centro del cuerpo de los bombarderos (en negro en la figura de la derecha) ya que habían sido las zonas donde se habían concentrado los disparos de las ametralladoras alemanas.
Sin embargo, Wald defendió todo lo contrario, había que reforzar la cabina y la cola del avión (en blanco en la figura de la derecha) ya que los aviones que "no" llegaron de vuelta a casa, es decir aquellos que fueron derribados, seguro que habrían sido alcanzados en estas dos zonas.
Conclusión, para poder analizar correctamente un hecho es necesario estudiar toda la muestra y no una parte, en este caso, la superviviente. Es decir, no hay que cometer el sesgo de muestreo.
Este sesgo suele darse, también, cuando queremos deducir "buenas prácticas" a partir del estudio de empresas de éxito pero no tenemos en cuenta aquellas que fracasaron.

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